Durante los primeros siglos del movimiento cristiano en expansión, muchos hombres se retiraron al desierto para contemplar y meditar; ellos se volvieron ascetas y hoy en día son llamados los padres del desierto.
Las Iglesias Ortodoxas conservan sus escritos y enseñanzas como tesoros de la fe hasta el día de hoy. Cuando emigran a Rusia llevando el mensaje Crístico en sus corazones es cuando se dan a conocer ciertas formas de meditación y éstas germinan y se enraízan como parte de la tradición Ortodoxa Rusa. La Oración de Jesús es uno de los más bellos ejemplos.
La fórmula se repite constantemente. Respetuosamente. Y es esta oración llamada del corazón la que luego de ser repetida innumerables veces, día tras día y año tras año cobra vida dentro del corazón llegando el momento en que es la oración misma la que ora dentro de uno. Se la puede oír. Es entonces que se es un templo vivo.
La fórmula de la oración es así: "Señor Jesucristo, hijo de Dios, ten piedad de mi." Existen variantes como "Señor Jesús, te piedad de mi." "Señor JesuCristo, hijo de Dios, ten piedad de mi pecador."
Se recomienda tener la bendición de un sacerdote antes de embarcarnos en la oración de Jesús. Él nos guiará a través de los estados que debemos recorrer.
Los sacerdotes y monjes griegos también son especialistas en la oración Hesicasta. La oración de Jesús es parte de la Hesiquia.
El Lima Perú, donde ésta página ha sido escrita se puede encontrar al Padre José Roberto en la Iglesia de la Santísima Trinidad ahora con el Rito Griego.
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